Hacía años que no me sentía así. El joven que lo sabe todo; la pescadilla que se muerde la cola. Un círculo. La madre que nos parió. Solía llamar a este tipo de cosas "momentos derrotistas" y me quedaba más tranquilo nombrándolo. Nunca encontramos la manera buena de hacer las cosas. La perfecta no existe. De qué estoy hablando. Creo que de las que nunca sabremos, de la VERDAD con mayúsculas. No por
ego o por cultura. Para hacer el surco en el camino de la vida para seguirlo; llevar un camino digno, porque amigos, la dignidad no existe. No hay nadie digno. Y por las causas por la que no lo es, la mayoría de las veces son tan vergonzosas que sólo las sabe uno mismo. Lo cual nos oscurece a todos. Si no hay dignidad. el camino no tiene porqué ser recto.
Multidireccional. Falso. Estar la mayoría del tiempo narcotizado no es una mala forma de pasar la existencia. Ni la canción más bonita en el momento álgido del día de Navidad puede hacer que se borre la huella que he remarcado con
pilot rojo esta noche. Y no,
la conciencia no sirve de
GPS a ningún camino correcto; reporta un bienestar flácido e impersonal, o dolor y angustia. Si me la pudiera arrancar...
No sabemos a dónde vamos; siempre me ha gustado tener esa duda y una fe. No hablo de eso, maldita sea. Os juro que no hablo de eso.
The answer is blowing in the wind dicen por aquí.
La conciencia os hace débiles.